LA MADRE TIERRA POR CARLOS CORTÉS VELÁZQUEZ
Una erupción volcánica es un pacto geológico caracterizado por la emisión violenta en la superficie terrestre, por un volcán, de lavas o tefras, acompañadas de gases volcánicos. Se excluyen de esta definición los géiseres, que emiten agua caliente, y los volcanes de lodo, cuya materia, en gran parte, es orgánica. Cuando una erupción volcánica causa daños materiales y muertes, entre la especie humana y también en otras especies animales o vegetales, lo que sucede en la mayoría de los casos de volcanes terrestres, este fenómeno natural constituye, a corto o mediano plazo, un desastre natural que tiene un impacto local o global y que puede alterar los hábitos animales y humanos, el clima y la topografía, entre otros.
Sobre el tema, hubo noticias recientemente. El volcán de Cumbre Vieja de la isla de La Palma, solía retorcerse, convulsionar o quejarse, pero no había escupido lava desde 1971. Pues el pasado 19 de septiembre, a las 15:12 horas, (tiempo local de España), el magma se abrió paso por varias fisuras de la ladera occidental de la montaña y dio comienzo una impresionante erupción, que no tiene visos de parar en los próximos días.
Desde lejos, el espectáculo se ve impresionante. Vertiginosas fuentes de lava, a casi 1093 grados celsius de temperatura, se lanzaron hacia el cielo, alcanzando alturas de hasta 1,500 metros, casi el doble que el Burj Khalifa, el rascacielos más alto del mundo. Abajo, ríos trenzados de roca fundida brotaban de las fisuras como sangre de heridas abiertas.
A unos 1,700 kilómetros de la Península y 550 kilómetros de la costa de África, La Palma se creó, hace mucho, tras un gran episodio volcánico que hizo que emergiera la tierra sobre la superficie del océano Atlántico. Este evento creó las Canarias con sus ocho grandes islas y su deliciosa variedad de ecosistemas, que van desde el bosque subtropical hasta el desierto. Además, las altas montañas de La Palma y su clima benigno, la hacen el lugar ideal para observar las estrellas, motivo por el cual se instaló allí el principal observatorio astronómico de Europa.
Pero como demuestra esta nueva erupción, “el precio y el privilegio de vivir en una hermosa isla pequeña es, en este caso, su historia geológica”, señala Helen Robinson, geóloga de la Universidad de Glasgow, y quien trabajó como parte del equipo de monitoreo de Cumbre Vieja en el año 2015.
Cumbre Vieja es una formación volcánica muy activa que, en los últimos 7,000 años, se han dado una plétora de erupciones a lo largo de su risco que va de norte a sur, un eje magullado y salpicado por fisuras, conos, cráteres y agujeros. Desde el siglo XV, múltiples ríos de lava han dañado edificios en su camino al mar. Las erupciones suelen producirse en las fisuras, como ocurre en el volcán Kilauea de Hawái o en la erupción constante de la península islandesa de Reykjanes. Es difícil estimar cuánto tiempo seguirá siendo una amenaza la lava.
La erupción no debería dañar los telescopios astronómicos del Observatorio Roque de los Muchachos en la isla. Juan Carlos Pérez Arencibia, administrador del observatorio, dice que las instalaciones están a 17 kilómetros al norte del sitio de la erupción. Además, el observatorio está ubicado a 2400 metros sobre el nivel del mar, mientras que la lava está emergiendo a 600 metros.
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