ZAPOPAN, JAL. La historia de Tigres está plagada de momentos así, de reponerse de momentos que parecen trágicos, tomar fuerza a base de ir contra corriente. Así es el ADN de La U. Un equipo que ha albergado, a lo largo de los años, una estirpe extraña de guerreros capaces de revertir tormentas y hacerlos momentos de gloria eterna.
¡Tigres es Campeón de Liga MX! Y lo hizo en una cancha que parecía maldita, en un momento en donde propios y extraños daban por sentado que a Chivas le darían la copa. Y a eso debemos agregar que el Rebaño se había adelantado 2-0 en 20 minutos de final.
Pero al equipo que hoy dirige una leyenda felina como lo es Robert Dante Siboldi Badiola hay que matarlo y recontra matarlo antes de cantar victoria. Porque esta estirpe de guerreros felinos siempre ha sacado fuerzas cuando parecen desahuciados.
Hoy el héroe no fue André-pierre Gignac, bandera felina en la época dorada del club. Pese a que un gol suyo inició la memorable remontada, ahora el paladín se llama Francisco Sebastián Córdova.
Sí, el ‘Chamaco’ que surgió del América tuvo una revancha personal y cerró una Liguilla de ensueño con goles en todas y cada una de las fases. Le anotó al Puebla, Toluca, Rayados y Chivas para eregirse como el paladín que llevó a la UANL a una insurrección inesperada.
El semestre de Tigres fue atípico. Tres técnicos en seis meses que hacían pensar que el fracaso parecía cantado más después de la eliminación a nivel internacional.
Pero Siboldi se encargó de revivir a este equipo hasta despertar por completo a la bestia que parecía dormida hasta la octava estrella.
Y, enfrente, Chivas, que llorará por meses un título que tenía en sus manos, que parecía tener espacio en la abultada vitrina. Los goles de Roberto Alvarado y Víctor Guzmán antes del 20’ de acción parecían escribir el destino de la Final.
Pero Veljko Paunovic cometió errores clave. Sus hombres se derrumbaron en el segundo tiempo y realizó modificaciones equívocas entre ellas el sacar a Alexis Vega sobre el 60’.
Tigres revivió con un penal bien marcado, tras mano de Briseño. Gignac convirtió y arrancó el despertar. La U se volvió un auténtico aluvión que Córdova hizo patente al rematar un centro de Aquino. 2-2 y venía lo mejor.
El juego se fue al tiempo extra. Idas y vueltas que cerraron un remate de Guido Hernán Pizarro Demestri. Sí, el capitán, el Conde, el que se fue y volvió, quien terminó por darle forma una remontada a lo tigre.
¡Salud, Campeones!