COMENTARIO EDITORIAL Por Dr. Jorge A. Lera Mejía
En menos de 10 días, los tamaulipecos hemos sido testigos de la bola de nieve que se convirtió el tema de las demandas de los maestros del SNTE Sección 30, comandados por el profesor Arnulfo Rodríguez Treviño.
Sin duda, la postura prudente que ha mostrado el gobernador de Tamaulipas, Dr. Américo Villarreal Anaya, ha sido un factor que no ha pasado desapercibido. No por ello, los observadores que entienden de estos temas sindicatos y gobiernos, opinan que la fórmula de la ecuación que tiene una variable que tiene al conflicto empantanado, es la posición del SNTE de no sentarse a dialogar, mientras que la secretaria Lucía Aimé Castillo Pastor siga al frente de la Secretaría de Educación en Tamaulipas (SET).
Nadie duda de la capacidad y profesionalismo que, a lo largo de sus posiciones en el sector educativo, ha demostrado en los hechos. Pero pienso que este tema, es rebasado en cuanto si ella es o no capaz. Ahora lo que observamos, es que el tema ha escalado de tal manera, que se antoja que la bola de nieve ya creció, al tamaño de una especie de avalancha.
Analizando los múltiples videos desde el interior del propio SNTE, las nubes de opiniones de nuestros colegas periodistas, las declaraciones de la parte oficial, incluyendo de la propia secretaria de la SET y del secretario general de Gobierno, Héctor Villegas, no alcanzamos a comprender por qué se ha ido creciendo la problemática, en lugar de tomar un cauce civilizado.
Sin ser especialista, pero a manera de haber vivido este y otros similares movimientos, tengo presente la forma como también escaló hacia similar complejidad, las demandas del SNTE en los tiempos de Manuel Cavazos Lerma y del entonces secretario, el Lic. y Profr. Jose Luis García García (el Chino), fallecido en julio de 2020.
En esa ocasión, similar a la que se está presentando en Tamaulipas, 26 años después, también rebasó los acontecimientos esperados.
Mi opinión referente, sin tomar partido por las partes, es la que marca y privilegia más en estos sensibles temas de la educación preescolar, básica y media superior, que no, es más que una gran máxima de sabiduría popular…
«La educación de nuestros niños, niñas y nuestros jóvenes, deben estar por encima de los intereses y los derechos políticos de las partes involucradas».
Con ello, lo que pretendemos sugerir, es que debe imperar entre todas las partes, un ánimo de solución y negociación prudente y respetuosa, a la par que también se debe dejar de criminalizar a las partes visibles de este conflicto, que hace pocos días nadie veía venir del tamaño que ya tomó forma.
Tanto las autoridades locales, como las federales, también tendrán que reconocer que, en los temas magisteriales, se habían venido abandonando las cosas dejando crecer los problemas con el tiempo. Nadie de nuestro intelecto y, de mi generación, puede pensar que las y los maestros no dejan de ser una parte fundamental en el desarrollo de nuestra sociedad, y en la atención de la educación de nuestros niños y jóvenes.
Por ello, esos mismos maestros, que en Tamaulipas no son pocos, a sabiendas que suman un contingente de más de 70 mil personas, pensantes y de gran sensibilidad, se les debe escuchar y respetar, en sus derechos y conquistas sindicales.
En México, no existe hoy día, un sindicato tan antiguo y tan respetable, que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que normalmente se le ha considerado un organismo respetable y respetuoso, a diferencia de la otra organización dominante en el sur sureste de México, nos referimos a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
La última *CNTE, se dice que fue creada como una fracción disidente del SNTE, que da libertad de adhesión política a sus miembros «que quieren recuperar al SNTE«, que tienen una postura crítica a las decisiones gremiales que se toman y que los afectan; significa que es una fracción nacida en rebelión… estos hechos históricos, nos deben recordar de que tamaño son los temas magisteriales.
Por ello, desde esta columna, no nos queda más que reflexionar que se debe retomar el diálogo y la reconciliación, por el bien de todos… «primero los niños»…