JUSTA MEDIANÍA
DAVID E. LEÓN ROMERO
La idea repetida hasta el cansancio era: “AMLO espantará la inversión”. Y aunque muchos de esos voceros han persistido en su labor, la realidad siempre termina por imponerse.
La Secretaría de Economía el pasado 8 de noviembre informó que, al tercer trimestre del año en curso, la Inversión Extranjera Directa fue de 32 mil 926 millones de dólares, cantidad 30 por ciento superior al mismo periodo del 2022 en el que se registraron 25 mil 272 millones de dólares. El monto es mucho mayor incluso que las cifras que se registraron antes de la pandemia por Covid-19.
Estados Unidos, España, Alemania, Argentina y Japón fueron las naciones de origen de 75 por ciento del total del capital invertido. ¿Y China? No aparece todavía en los datos de la Secretaría de Economía, pero seguramente las inversiones chinas ya están presentes en nuestro territorio; basta recorrer algunos estados de nuestro país para reconocer la presencia de directivos, empleados y marcas de ese país.
La Inversión Extranjera Directa trae consigo progreso y transferencia tecnológica, además de que fortalece las capacidades del capital humano. Aunado a ello, dicha inversión genera empleos y dinamiza las cadenas de suministro. La recaudación se incrementa. Todo ello se traduce en crecimiento económico. Resulta relevante subrayar que gran parte de la cifra obtenida está integrada por la reinversión de utilidades, que significa un voto de confianza del capital con nuestro país.
Diversos actores manifiestan su beneplácito y resaltan que México está aprovechando la relocalización de inversiones. Las ventajas que México ofrece son realmente valiosas: una posición geográfica inigualable, cercanía derivada de la vecindad con Estados Unidos, capital humano talentoso, capacitado y trabajador a costos atractivos, un marco jurídico estable, política monetaria ejemplar y un tratado de libre comercio con el mercado norteamericano. Todo ello ha sido capitalizado en el reajuste de las cadenas de suministro, donde los flujos han cambiado y privilegiado a México.
Los resultados obtenidos generan optimismo y promesa de futuro. La cifra es noticia, sin embargo, el hecho no es nuevo, es el reflejo de una constante, una tendencia y un comportamiento de la Inversión Extranjera Directa en los últimos años.
México continúa enfrentando diversos retos, entre ellos, la imperiosa necesidad de crecer y generar desarrollo en entidades de nuestro país que por décadas permanecieron en el olvido. El esfuerzo de la presente administración en ésta y otras tareas está de manifiesto. Hoy debemos reconocer que el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador lejos de espantar el capital, generó las condiciones apropiadas para que el capital se decantara por México.