AGENCIAS. Todo lo bueno lleva tiempo; Julio González entendió que, si a la vida le entregas el corazón, la vida te regresa todo lo bueno que tiene, aunque descifrarlo no sea sencillo.
En diciembre de 2019, a sus 28 años y cuando la mayoría de futbolistas tienen una carrera avanzada, él vivía una de las etapas de mayor incertidumbre e impotencia. Tras la desaparición del equipo de los Tiburones Rojos del Veracruz, el arquero se quedó sin trabajo y no tuvo más opción que vender seguros de vida para subsistir y mantener a sus hijos.
Pausar su sueño no fue fácil, pero aprendió que “la vida se le da bien a las buenas personas, y a las que mejor están preparadas”.
Tengo un conocido que me vendía seguros y me dijo que si me interesaba el trabajo y acepté. Le pedí que me esperara hasta febrero por si llegaba a encontrar algo en el cierre de registros, la verdad estaba con la velita prendida de que Pumas me hablara y gracias a Dios se dio la oportunidad”, compartió durante una entrevista con Excélsior.
Después de la venta de un par de seguros a sus familiares, Andrés Lillini, exentrenador de los Pumas y a quien le agradece la oportunidad, decidió ficharlo para reforzar a los universitarios de cara al torneo Clausura 2020, una oportunidad inmejorable para él.
«Siempre fui muy trabajador. Mentalmente me daba mucha impotencia no poder jugar, era el suplente de Agustín Marchesín (en Santos), que vivía un gran momento, pero trabajé tanto para ganarme una oportunidad, cuando me la dieron, la aproveché y ahora estoy en muy buen nivel, espero mantenerlo mucho tiempo”.
Pieza inamovible en el esquema de los felinos, su trabajo lo llevó a conseguir su primera convocatoria con la Selección Nacional; ahora se visualiza como el portero del Tri en la Copa del Mundo de 2026.
«Guillermo Ochoa, Alfredo Talavera y Jesús Corona acapararon la selección por 10 años y con el nivel que tenía era muy difícil que alguien más llegara. Cuando surgió ese cambio generacional sabía que tenía la oportunidad de mostrar mis condiciones. Lo soñé y lo visualicé. Ojalá hubiera llegado antes, pero las cosas suceden por algo”.
- SENCILLEZ, UN MODELO A SEGUIR
Luis Malagón, arquero del América, mencionó que González tuvo el gesto de regalarle guantes cuando comenzaba su carrera en Santos Laguna, modelo que siguió cuando él era un juvenil.
«Recuerdo perfecto ese momento, yo estaba en el primer equipo y Malagón en la Sub 17. A mí me tocó estar en las juveniles y Oswaldo Sánchez y Miguel Becerra me apoyaban con guantes y quise hacer lo mismo con él. Dije, le voy a dar a los chavos como lo hacían conmigo y así fue con Malagón y con Carlos Acevedo. Es muy bonito porque esa fraternidad entre porteros es lo que siempre te queda grabado”, recordó González.