MIS PININOS POR CARLOS CORTÉS VELÁZQUEZ
Este 02 de abril, se conmemora el ‘Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo’. El autismo es una condición de vida, cuyas causas se desconocen, aunque se cree en la existencia de un factor genético asociado a un componente ambiental. El autismo afecta en mayor o menor medida la interacción social por medio de la comunicación, la conducta, el lenguaje y la integración sensorial de las personas. Este trastorno también comprende patrones de conducta restringidos y repetitivos. El término ‘espectro’ se refiere a un amplio abanico de síntomas y gravedad.
El trastorno del espectro autista comienza en los primeros años de la infancia y, a la larga, provoca problemas para desenvolverse en la sociedad, por ejemplo, en situaciones sociales, en la escuela y el trabajo. Sin embargo, los niños suelen presentar síntomas de autismo en el primer año. Un número reducido de niños parecen desarrollarse de forma normal en el primer año y luego pasan por un período de regresión entre los 18 y los 24 meses de edad, cuando aparecen los síntomas de autismo.
Si bien no existe ninguna una cura para los trastornos del espectro autista, pero con un tratamiento intensivo y temprano puede hacer una gran diferencia en la vida de muchos niños.
Algunos niños presentan signos del trastorno del espectro autista en la primera infancia, como menor contacto visual, falta de respuesta cuando los llaman por su nombre o indiferencia ante las personas responsables del cuidado. Otros niños pueden desarrollarse normalmente durante los primeros meses o años de vida, pero luego repentinamente se vuelven introvertidos o agresivos o pierden habilidades del lenguaje que habían adquirido. En general, los signos se observan a los 2 años.
Es probable que los trastornos del espectro autista tengan un patrón de comportamiento y un nivel de gravedad únicos en cada niño, desde un funcionamiento bajo hasta uno alto.
COMUNICACIÓN E INTERACCIÓN SOCIAL
Un niño o un adulto con trastorno del espectro autista puede tener problemas con la interacción social y las habilidades de comunicación, incluso presentar cualquiera de los siguientes signos:
- No responde a su nombre o, en ocasiones, parece no escucharte
- Se resiste a los abrazos y las caricias; además, parece que prefiere jugar solo y se abstrae en su propio mundo
- No suele hacer contacto visual y carece de expresión facial
- No habla o tiene un desarrollo tardío del habla, o bien pierde la capacidad que tenía para decir palabras u oraciones
- No puede mantener ni iniciar una conversación o, tal vez, inicia una solamente para pedir algo o nombrar elementos
- Habla con tono o ritmo anormal y es posible que utilice una voz cantarina o que hable como un robot
- Repite palabras o frases textuales, pero no comprende cómo usarlas
- No parece entender preguntas o indicaciones simples
- No expresa emociones ni sentimientos y parece no ser consciente de los sentimientos de los demás
- No señala ni trae objetos para compartir sus intereses
- Aborda interacciones sociales de forma inadecuada comportándose de manera pasiva, agresiva o perturbadora
- Tiene dificultad para reconocer señales no verbales, como la interpretación de las expresiones faciales de otras personas, las posturas corporales o el tono de voz
En 2007, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó el 2 de abril como ‘Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo’ hacía hincapié en su resolución A/RES/62/139 en la importancia de sensibilizar a la pública sobre el autismo. Diecisiete años después, ya no se trata solo de concienciar a la opinión pública, sino de promover la aceptación y el aprecio de las personas autistas y de su contribución a la sociedad. El autismo no es una enfermedad, las personas que viven con él tienen una manera diferente de interpretar las palabras, los colores, las formas y los sonidos del mundo que nos rodea, con tratamiento terapéutico personalizado y especializado, se logra incrementar la calidad de vida.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 160 niños presenta esta condición en el mundo y la incidencia se incrementa un 17% al año. Cada año se diagnostican más niños con autismo que con SIDA, cáncer y diabetes juntos.
El único estudio que existe en México, impulsado por Autism Speaks (2016) estima que 1 de cada 115 niños tiene autismo, es decir, casi 1% de la población infantil, sin embargo, la incidencia en la vida adulta, así como el conocimiento de su situación en la adolescencia se desconoce.
En 2022, se estrenó una serie surcoreana de Netflix ‘Woo, una abogada extraordinaria’. Se trata de una joven abogada con síndrome de Asperger. Ella comenzó a trabajar y tiene un alto coeficiente intelectual de 164, una memoria impresionante y un proceso de pensamiento muy creativo, pero tiene dificultades con las interacciones cotidianas. Sin embargo, sus habilidades sociales son algo débiles. Young-woo deberá enfrentar desafíos dentro y fuera del bufete.
En este ‘Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo’, el autismo se debe identifica por el color azul o por una pieza de rompecabezas que representa la tranquilidad de que las familias y personas dentro del espectro autista necesitan para convivir con esa condición. La pieza de rompecabezas, significa que una persona con autismo no se aísla porque quiere, necesita el apoyo de los demás.
¡¡Felicidades a las personas con trastorno del espectro autista!!
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