Columna Opinión Económica.
Dr. Jorge A. Lera Mejía.
La desaceleración económica del PIB de México se hace evidente desde mayo 2023, donde se llegó al pico máximo del crecimiento.
A partir de ese mes, se empieza a notar la ralentización y, por ende, la disminución de generación de empleos formales registrados por el IMSS.
Dos regiones otrora muy dinámicas en este sexenio, hacer ver los puntos rojos de la desaceleración nacional. Nos referimos a los cinco estados de la frontera norte y los del sur sureste.
El promedio de crecimiento laboral formal de los cinco estados norteños entre julio 2023 a junio 2024, no supera el 0.1% por ciento de tasa anual, mostrando estancamiento.
Tamaulipas y Sonora se muestran prácticamente igual en ese promedio anual. Chihuahua creció su empleo formal en 1%, Baja California en 0.5%, Coahuila fue el de mayor incremento, registrando 2.5% por ciento anual en este periodo.
El caso emblemático de Nuevo León, muestra también la desaceleración económica, en mayo de 2024 Nuevo León tuvo un saldo positivo con la creación de 2,677 nuevos empleos formales. Sin embargo, la tasa de crecimiento anual de 1.5% es menor a la alcanzada en 2023.
Lo anterior se explica porque en 2024 se observa una menor inversión pública y privada respecto al 2023, además de cautela en el consumo, afectados por la persistencia de una elevada tasa de interés que mantiene el Banco de México para intentar bajar la inflación, que no cede y sigue en aumento al cierre de la primera quincena de julio registrando 5.61% anual.
De acuerdo al IMSS, al mes de junio de 2024, se han acumulado a nivel nacional un total de 295 mil nuevos empleos, lo que representa una disminución de 42.6% y 34.2% respecto al acumulado en los dos años anteriores, respectivamente.
Por tipo de empleo, a junio se han acumulado cuatro meses consecutivos de ajustes negativos en los niveles de empleo eventual, sumando una pérdida de 95 mil empleos. Esto no ha afectado al empleo permanente, que es la parte más sólida de la estructura del empleo y que, en contraste, ha mantenido variaciones positivas mensuales a lo largo del año, pero insuficiente para despuntar la actual desaceleración.
El empleo formal en junio 2024 tuvo un crecimiento interanual de 2.0%, nivel 0.2 puntos porcentuales menor respecto al mes anterior. Con este dato se confirma que el empleo formal continuaría desacelerándose.
Por su parte, la otra región emblemática que se ha desacelerado más que el resto del país, es la sur sureste, motivado principalmente por el cierre cercano de las mega inversiones derivadas de las grandes obras del sexenio, como son la Refinería Dos Bocas y el Tren Maya.
En Tabasco se observa una mala racha en la generación de empleo, registrando actualmente una pérdida del 7.0% respecto al cierre de 2023 y una variación anual a junio de (-)10.8%. Lo mismo se observa en Quintana Roo, Yucatán y Chiapas.
Por lo citado en el empleo formal, esta semana el FMI redujo por segunda ocasión su perspectiva de crecimiento para México, que ahora espera sea de 2.2% al final del año. Lo mismo han hecho firmas de análisis y fondos de inversión, con lo que el pronóstico del Gobierno de 2.5% va quedando cada vez más lejano.
Además, EEUU entró ya en su propia desaceleración, lo que confirma que la demanda por bienes mexicanos comenzó a bajar, como lo sugiere la caída de 1.5% de la manufactura registrada en abril de este año.
Todo esto implica una desaceleración en comparación con el alza de 3.2% visto en 2023.
La producción manufacturera ha caído, igual que el consumo, mientras que la creación de nuevos empleos formales se frenó. En la segunda mitad de este año, se espera que la debilidad de la economía estadounidense, así como el proceso electoral del vecino del norte, se sumen a los factores negativos para México.
Por último, el Banco Mundial anticipa también una desaceleración de la economía mexicana en los primeros dos años de gobierno de la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum, resultado del impacto que tendrán la restricción de políticas fiscal y monetaria…